lunes, 22 de diciembre de 2008

La conversión de Anne Rice, autora de "Entrevista con el Vampiro"

Out of Darkness: la conversión de Anne Rice

[Tomado de Paginasdigital.com]
Antonio Anastasio
24/11/2008
Hace dos años salió en las librerías españolas El Mesías, el niño Judío de Anne Rice, una novelista americana de moda cuyos libros se pueden encontrar en formato de bolsillo en cualquier librería del mundo. La autora se planteaba escribir una trilogía sobre Jesucristo. Todo esto sería normal si no fuera porque Anna Rice es la novelista más famosa en el mundo por novelas de vampiros, brujas y demonios. 
 
En una nota final de este primer libro sobre Jesús, la autora describe el recorrido de su vida personal y de sus estudios históricos que la han llevado a volver a Jesucristo y a la Iglesia católica. Cuando era joven había dejado el colegio de las monjas y después la Iglesia: "Ocurrió en el campus de un college laico; había una intensa pretensión sexual, pero por encima de todo estaba el mundo mismo, sin catolicismo, lleno de gente buena y de gente que leía libros, libros que yo tenía prohibido leer. Quería conocer la obra de Kierkegaard, de Sartre y Camus. Quería saber por qué tanta gente aparentemente buena no creía en una religión organizada pero sí se preocupaba mucho de su comportamiento personal y de sus valores. Como la rígida católica que yo era entonces, no tenía la menor opción para explorar. Así que rompí con la Iglesia. Y con mi fe en Dios".

Después de haberse casado con Stan Rice, apasionado artista ateo, Anne empieza a escribir sus novelas cuya ambientación le pide siempre un largo trabajo de estudios históricos. Hasta que -cuenta la escritora- "inevitablemente me puse a investigar el siglo I, porque quería saber cosas sobre la antigua Roma...". Anne se topa con una primera pregunta fundamental: "¿Cómo sucedió realmente el cristianismo? ¿Cuál fue de hecho el motivo de la caída de Roma? Para mí, éstas eran preguntas decisivas, siempre lo habían sido. Tenían que ver con lo que éramos en la actualidad".

Su búsqueda continúa yendo atrás en el tiempo hasta la historia de Sumer y Gilgamesh: "me topé con un misterio sin solución, un misterio tan inmenso que renuncié a intentar encontrarle una explicación, porque el misterio en sí resultaba imposible de creer. El misterio era la supervivencia de los judíos. Fue este misterio lo que me acercó de nuevo a Dios; puso en marcha la idea de que, en efecto, Dios podía existir. Y cuando eso ocurrió creció en mí el inmenso deseo de volver a la mesa del banquete. En 1998 retorné a la Iglesia católica".

Anne todavía no está satisfecha, quiere ir al fondo de su pregunta sobre Jesucristo y el cristianismo. Empieza a devorar todo tipo de libro sobre el argumento: estudios sobre Jesús, traducciones del Nuevo Testamento, ensayos sobre el siglo I, etc. "Había material como para perderse irremisiblemente".
En 2002, mientras la novelista ya se plantea escribir un libro sobre Jesús, su marido muere de un tumor cerebral. Durante los cuatros meses de su enfermedad, dice Anne: "Yo le contaba lo que estaba escribiendo y a él le parecía maravilloso".
En la nota autobiográfica de Anne en el libro se hace todo el recorrido de esta búsqueda histórica que se topa con hechos que despiertan preguntas. El amor a la verdad y la compañía de nuevos amigos en la iglesia que acaba de volver a amar la conducen a escribir esta pequeña joya que es El Mesías, el niño judío.
Se trata de un libro atrevido en cuyo tema quizá ningún teólogo tendría la osadía de entrar con la misma tranquilidad de Anne. Ella lo hace con la sencillez propia de los grandes escritores: Jesús es un niño de siete años que habla de sí mismo en primera persona. La tradición teológica clásica nos ha enseñado que Jesús estaba muy unido al Padre y, a través de esta unión, siempre lo sabía todo.

Se trata de un tema teológico que ha llevado a muchas discusiones y batallas: el tema de la conciencia de Cristo. La tradición siempre ha salvado lo que era más importante salvar: la unidad del Hijo con el Padre, pero esto nos ha quitado quizás lo que es más interesante averiguar para nosotros, ya que Jesús no sólo es verdaderamente Dios sino que al mismo tiempo es verdaderamente hombre.

Es difícil tratar del tema con el justo equilibrio sin salir de la definición del concilio de Calcedonia. En síntesis se trata de esta pregunta: ¿Cómo pudo tomar conciencia Jesús de lo que él era? ¿Cómo pudo averiguar que era el Hijo de Dios sin saltarse su propia humanidad? El libro de Anne responde con frescura y sencillez a esta pregunta con un método muy humano: Jesús lo descubrió todo escuchando, observando, aprendiendo, relacionándose con los familiares y los amigos, enterándose de la historia de su pueblo y, al final, descubriendo sus propios dones y capacidades a través de todo esto y de la oración con el Padre.
Hay en el relato pasajes asombrosos y conmovedores, como cuando Jesús acaba de descubrir que el no es el hijo de José, porque un Ángel ha visitado a su madre. Nadie quiere explicarle más, sólo Cleofás, un tío de Jesús (el único que se atreve a ser explícito en las explicaciones al niño), le dice: "¿Y tú? ¿Tienes que crecer antes de cumplir las profecías? Sí, sin duda. ¿Y tienes que ser niño antes de llegar a hombre? Por supuesto. [...] ¡Eso es lo que confunde a todos! ¡Que tú tengas que crecer como cualquier niño! Y la mitad del tiempo no saben qué hacer contigo". El asombro por la encarnación tiene que haber acompañado las relaciones humanas de Jesús a lo largo de toda su vida. 

Toda la novela es una contemplación de la humanidad de Cristo y de su relación con Dios, hasta llegar al reconocimiento: "Padre, soy tu Hijo".

Hoy sale en España el segundo libro de la trilogía: Camino a Caná. Creo que la juventud de Jesús puede ser un tema aún más difícil de tratar y por esto tengo curiosidad por ver cómo Anne Rice se enfrenta con estas dificultades. El trabajo de identificación con el personaje de Jesús en el primer libro me ha parecido gigantesco y asombroso.

Cierto es que Anne ha salido de las tinieblas (como ella misma dice en su autobiografía, que acaba de publicarse en EEUU con el título de Out of darkness) y ha salido haciendo un recorrido humano, siendo fiel a la búsqueda de su propia razón y por esto entiende bien la figura de Cristo, sin pasar por alto su humanidad, como tristemente hace mucho espiritualismo hoy en día.

ACTUALIZACIÓN DICIEMBRE 2011

[Tomado de ReligioenenLibertad]


Atea y escritora de novelas eróticas y de terror
Anne Rice dejó la fe católica cuando tenía 18 años, abrazó un ateísmo militante y se hizo famosa con sus novelas de vampiros, además de una serie de novelas eróticas.

Contestataria y antisistema, volvió a la fe católica en 1998, poco antes de la muerte de su marido.

En 2002, ya viuda, estando en oración en la iglesia "me di cuenta de que la mayor cosa que podía hacer para mostrar mi completo amor por Dios era consagrar mi trabajo a Él, solo por Él y para Él". Fue entonces cuando empezó a documentarse intensamente para escribir una serie de novelas con Jesucristo como protagonista, para perplejidad de sus lectores de novelas de vampiros.

Jesús niño es hijo de Dios... y lo sabe
"El niño judío" apareció en 2005, cubriendo la infancia de Jesús en Egipto, entre la colonia judía de Alejandría, y su retorno a Galilea con sus padres y sus numerosos primos y tíos. En la novela, el Jesús niño es consciente de ser hijo de Dios, con quien tiene un trato íntimo y cercano, primero como niño, luego como joven. También aparece el demonio intentando tentarle. Es una novela a la vez ágil, bien documentada y ortodoxa, y muy original al estar escrita en primera persona: es decir, el narrador es el joven Jesús.

Jesús joven y la novia que le ronda
En la segunda novela, "Camino a Caná", de 2008, Jesús ya es un joven en Nazaret que a veces trabaja en Séforis, intentando averiguar qué pretende su Padre del Cielo y entender la maldad de los hombres. Una chica se enamora de él y parece que debiera casarse pero por alguna razón no parece que eso sea la voluntad de Dios. También aparece María Magdalena, de la que expulsa siete demonios. Jesús se muestra comprensivo con un hombre atormentado por tendencias homosexuales.

La escritora se enfada con la Iglesia
En julio de 2010, Anne Rice se enfadó con la Iglesia Católica y abandonó la "religión organizada". Aunque su teología era ortodoxa en temas teológicos (no le veía ningún problema a los milagros, lo sobrenatural, la fiabilidad de los Evangelios, la virginidad de María, los dogmas, etc... y criticaba a los exégetas liberales), en cambio no acepta la doctrina católica sobre el aborto (que más o menos justifica, o en cualquier caso no quiere penalizar) y especialmente sobre las práctica homosexuales... sobre todo, debido a que su hijo, al que idolatra quizá de forma exagerada (hace muchos años Rice perdió una hija), es un periodista gay militante en el diario gay "Advocate". Fue en Advocate donde anunció su distanciamiento de la Iglesia Católica, adoptando un cristianismo sin Iglesia.

En sus palabras de julio: "Hoy dejo de ser cristiana. Estoy fuera. Sigo comprometida con Cristo, como siempre, pero no sigo siendo ‘cristiana‘ o siendo parte de la Cristiandad. Es simplemente imposible para mí pertenecer a este grupo pendenciero, hostil, discutidor y merecidamente infame. Por diez años lo intenté. Fallé. Estoy fuera. Mi conciencia no me permite seguir”. (… ) En el nombre de Cristo, me niego a ser anti-feminista. Me niego a ser anti-control de la natalidad. Me niego a ser anti-demócrata [se refiere al partido norteamericano que ella apoya]. Me niego a ser anti-humanismo secular. Me niego a ser anti-ciencia. Me niego a ser anti-vida. En el nombre de Cristo, dejo el cristianismo y el ser cristiano. Amén".

Unas semanas después, el 7 de agosto, en "Los Angeles Times", le preguntaban cómo pensaba seguir a Cristo sin Iglesia. "Creo que el ritual básico es simplemente la oración. Es hablar con Dios, poner las cosas en manos de Dios, confiar en que vives en el mundo de Dios y rezar pidiendo Su guía. Y ser completamente fiel a los principios centrales de las enseñanzas de Jesús", respondió Rice.

Rice dice que piensa seguir su saga de novelas sobre Cristo, pero lo cierto es que la redacción de la tercera novela ha quedado aparcada por el momento.

Agradecida a renombrados teólogos
Pese a su "independencia" de toda iglesia, las dos novelas son básicamente ortodoxas, con milagros, presencia personal del demonio, concepción virginal de Cristo, multiplicación milagrosa del vino en Caná, etc... Están bien enmarcadas en lo que hoy sabemos sobre la Palestina del siglo I. Ella agradece como teólogos que le han inspirado la obra del fundador de los Franciscanos de la Renovación, Benedict Groeschel, C.F.R, el dominico J. Augustine Di Noia, el teólogo jesuita Karl Rahner y el historiador Jeffrey Burton Russell,, especialmente por su libro sobre el demonio y el mal en el cristianismo primitivo.

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