jueves, 17 de enero de 2008

Mateja Kezman: el goleador que quiere ser monje ortodoxo

Mateja Kezman: el goleador que quiere ser monje ortodoxo

(Extraído de
LA RAZÓN. 16 enero 2008)

El ex jugador del Atlético de Madrid confiesa que «envidia ese estilo de vida» y que «pasa el mayor tiempo posible con Dios»
Se hizo con la Bota de Plata en 2003; jugó en el PSV, el Chelsea y el Atlético de Madrid y ahora quiere ser monje.

Álex Navajas

Madrid-Ya no aspira a ser proclamado Bota de Oro, ni a liderar la tabla de máximos goleadores, ni a quebrar las cinturas de los defensas que tratan de detenerle en su carrera hacia la portería contraria. Ahora, el astro serbio Mateja Kezman, punta del Fenerbahce turco, quiere ser monje. Así lo afirmó la pasada semana al diario de Belgrado «Press». «Antes, cuando visitaba monasterios, sentía pena por los monjes, pero ahora envidio su estilo de vida y su servicio al Señor», ha confesado con rotundidad al rotativo.


«Kez», que ha jugado en equipos de la altura del PSV holandés, el Chelsea inglés o el Atlético de Madrid, reconoció que ayuna regularmente los miércoles y los viernes y que su fe es cada vez más robusta: «Intento pasar el mayor tiempo posible pensando en Dios y visitando monasterios siempre que puedo. Le estoy agradecido por haberme permitido conocer la fe y estar en compañía de la gente que le sirve a Él».
En un hotel en oración
El delantero del Fenerbahce, de 28 años, ha explicado también que se pasó el día de Navidad -que los ortodoxos serbios celebran el 7 de enero- en intensa oración «solo con el Señor, en un hotel turco». «Quería haber estado con mi familia, pero tenía compromisos con mi equipo», añade.
El jugador serbio fue el máximo goleador del PSV y se quedó a las puertas de hacerse con la Bota de Oro en el año 2003. En esa ocasión, el preciado galardón recayó en Roy Makkay, y «Kez» se tuvo que conformar con la Bota de Plata. Posteriormente jugó en el Atlético de Madrid, equipo que abandonó en 2006, después de que el Fenerbahce pagara los 15 millones de euros de su cláusula. Hace unos días, otro club inglés, el Portsmouth, mostró su interés en adquirir al jugador serbio.
Pero el caso de Kezman no es único. Hace unas semanas, el brasileño Kaká saltaba a los titulares de los periódicos, y esta vez no era por alguno de los extraordinarios goles a los que tiene acostumbrados a los aficionados, sino por declarar que, cuando se retire del fútbol, se hará pastor evangélico. «Me gustaría mucho. Hay que estudiar teología, y profundizar en las enseñanzas de la Biblia», afirmó a la revista italiana «GQ». Si «Kez» acaba siendo monje, quizás hasta le vaya mejor. No habría quien le hiciera un «caño» por debajo de las piernas...

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