lunes, 10 de agosto de 2009

Wayne Simien, jugador estadounidense de baloncesto en el Cáceres, renuncia para ser sacerdote evangélico

[Me lo envían por correo, pero la fuente es de MARCA]

La vida de Simien en Cáceres estaba plenamente dedicada a la iglesia

En Cáceres ya se esperaban que se hiciera cura: "Le gustaba más la religión que el baloncesto" · Será pastor evangélico y se dedicará a velar por los enfermos terminales · Ahora cuida de un familiar con cáncer de garganta


Por QUIQUE PEINADO
"Cuando estábamos hablando para ficharlo, una de las primeras cosas que me preguntó fue si era religioso", dice 'Piti' Hurtado, entrenador del Cáceres 2016. Estaba gestando uno de los fichajes más importantes de su vida, campeón de la NBA con los Miami Heat en 2006, y se encontraba con un jugador que priorizaba tanto su fe que era más importante que el dinero y el baloncesto. Unos meses después se daría cuenta de que no sabía cuánto.
Y es que Wayne Simien anunció hace unos días que abandona la práctica del baloncesto profesional para dedicarse a ser pastor evangelista y ayudar a enfermos terminales. La 'luz' la vio cuando su primo hermano (creció en la misma casa que él, educado por su madre) fue diagnosticado con un cáncer de garganta. Estando ya en Cáceres, adonde llegó a comienzos de octubre, recibió la noticia de que este familiar estaba terminal. Convaleciente de una lesión de rodilla, Simien pidió irse de Cáceresunos días. Nunca volvió.
La vida del jugador, natural de la Kansas profunda, es hoy cuidar de su primo en su casa tres días por semana. Está en el estadio cuatro de la quimioterapia y morirá pronto. Sin embargo, la experiencia de estar a su lado, unida a su inquebrantable fe, han hecho que haya decidido dejarlo todo y dedicarse a cuidar enfermos. "Yo creo que no volverá a jugar. Su vida es la religión, le gusta mucho más que el baloncesto", dice alguien de Cáceres que lo conoce bien.
Gospel, tartas e iglesia
La vida de Simien en Cáceres estaba plenamente dedicada a la iglesia. Desde que llegó a la ciudad trató de adaptarse a su entorno (su mujer, más joven que él y también muy religiosa, hacía tartas para los vecinos) y se metió de lleno en la iglesia evangélica, trabando una amistad excelente con la pastora.
En el tiempo que pasó en Cáceres (apenas seis meses) nació su hija, a la que tuvo en un hospital público, el San Pedro de Alcántara cacereño. La trajo al mundo el padre de un jugador de la cantera cacereña, médico. El norteamericano se quedó maravillado por la Seguridad Social española: le pareció de otro mundo no tener que pagar y poder tener a su esposa varios días convaleciente sin mayores gastos. Aun así, la propuesta de Barack Obama del sistema sanitario en los Estados Unidos no le había convencido: la religiosidad la representaba el republicano John McCain, por el que votó. "Debía ser el único negro que le votó", ironiza una fuente cercana al jugador.
Su integración en la ciudad siempre iba de la mano de lo religioso. Acudió a un programa radiofónico de flamenco en la ciudad y comentó lo cercano que le parecía su sonido al gospel, la música religiosa. Él suele cantar en los cultos a los que acude.
El 'problema Simien'
El agente del jugador en España, David Carro, de Fair Play Agency, quiere agradecer al club extremeño "el excelente trato que le ha dado a Wayne. Siempre han sido muy comprensivos", y 'Piti' Hurtado le manda flores al representante: "David se portó de lujo con nosotros en todo momento". Sin embargo, el sacerdote se deja un conflicto en Cáceres.
Y es que el técnico, que sólo tiene buenas palabras para el jugador ("un chico extraordinario en todos los aspectos") ha sufrido, y mucho, con su baja. Simien se fue justo después de que se acabara el plazo para fichar, y a eso hay que unir la lesión de su otro americano, Adrian Moss, al que tampoco están en fecha de sustituir. Además de quejarse amargamente -"no puede ser que no podamos fichar; a nosotros nos han dejado sin 'playoff'"-, el equipo cacereño se plantea tomar medidas contra el estadounidense por daños y perjuicios: reclamará el dinero de su contrato.
Este joven de 26 años lo deja todo por Dios. Las ofertas que ya habían llegado (el Maccabi Tel Aviv quiso firmarlo pagando al Cáceres esta misma campaña, tenía una oferta del ASVEL Villeurbanne francés, varios equipos ACB, entre ellos el MMT Estudiantes, habían preguntado por él...) y el dinero que iba a ganar. Aun así, Simien se va a vivir la vida espiritual, pero deja un problema, y bien gordo, al terrenal Cáceres 2016.

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