En una reciente visita al Vaticano compró 30 crucifijos para sus jugadores

A pesar de su facilidad para provocar –de reciente factura es su celebración en el Camp Nou o sus gesticulaciones siempre presentes desde el banquillo- su rendimiento en los equipos que ha entrenado habla por sí solo. Hizo campeón de Europa al humilde Oporto en 2004, completó grandes temporadas con el Chelsea aunque sin llegar a ganar la Champions y, ahora, ha ganado todo con el Inter.